Electrodos de Grafito


Un gran avance se produjo en 1924 con la invención del ánodo auto-cocido continuo por el ingeniero noruego Carl Wilhelm Söderberg. Esta innovación permitió celdas más grandes y corrientes más altas, dominando la industria hasta la década de 1950. Sin embargo, el resurgimiento de los ánodos precocidos —impulsado por avances en el moldeo por vibración y la automatización— marcó un punto de inflexión. Para la década de 1980, las celdas con ánodos precocidos soportaban corrientes de 280–350 kA, y los sistemas modernos ahora alcanzan los 500 kA.

WhatsApp